sábado, 7 de enero de 2012

Camino a la Leyenda: Primera semana

Como ya os comentamos hace unos días, después de hacer una partida suelta a Descent: Viaje a las tinieblas, decidimos empezar una nueva campaña de Descent, en concreto Camino a la Leyenda. La campaña de Descent se basa en la premisa de que un malévolo Overlord intenta dominar el mundo y los héroes deben intentar frustrar sus planes, para ello se permite a los jugadores y al Overlord ir mejorando sus personajes a medida que se avanza en el juego.
Los héroes elegidos para la campaña fueron los siguientes: Pochy escogió a Sir Valadir, Eric al Laughing Wulfgar, Aren a Battlemage Jaes y Draven eligió a Tobin Farslayer. Joangm, nuestro estimado Overlord decidió coger al Demon Prince como su avatar.
Héroes elegidos para la campaña “Camino a la Leyenda”
El Avatar elegido por el Overlord para intentar dominar Terrinoth y sembrar el terror en el mundo.
Después de sortear las habilidades, comprar el equipo inicial y que el Overlord decidiera su Plot principal (Obsidian Shackles) y sus upgrades iniciales, empieza el juego. Durante la primera semana, el Overlord decidió mover a uno de sus lugarteniente a la ciudad de Nerekhall, la más cercana a la guarida del insidioso demonio.
Los aventureros por su parte decidieron ir a Starfall Forest y adentrarse en la mazmorra que hay allí.
Por normal general, las mazmorras de campaña consisten en 3 niveles. El Overlord tiene un mazo de niveles de mazmorra y saca una al azar. Nuestro primer nivel fue “La atracción de las profundidades”.  El nivel tenía un gran numero de losetas de profundidades o abismos, y al principio del turno del Overlord todos los héroes debían mover sus figuras un espacio hasta el abismo más cercano. Si caes un abismo el héroe pierde 2 puntos de vida y gana dos contadores de veneno. El líder de esta mazmorra era Melandon el hechicero, que además de tener la habilidad de resucitar (odiada en gran medida por los héroes) podía gastar sus puntos de movimiento en mover a los héroes en cualquier dirección.
Este nivel fue un desastre para los héroes, el Overlord conjuró enemigos, que protegían al hechicero, mientras él nos iba desplazando a los abismos y perdíamos vidas inútilmente, además la fortuna no nos sonreía y muchos de nuestros ataques fallaban debido a las malas tiradas de los dados. Después de que el Overlord matara algunos héroes más de una vez, conseguimos llegar cerca del hechicero, pero cuando lo matábamos el hechicero tiraba su habilidad de resurrección. Las probabilidades son de 1/3, pero joangm, un experto en resucitar monstruos de manera cansina sin parar, lo logró resucitar dos veces. El problema es que si no se mata al monstruo líder del nivel no se abre la puerta cerrada mediante la runa mágica. En la mente de los héroes no se contemplaba la opción de huir, pues cuando se huye de una mazmorra ésta queda cerrada y ya no se puede volver a entrar. Después de mucho esfuerzo, y de que joangm ya sacara a los héroes una considerable diferencia en cuanto a puntos de victoria conseguimos superar el nivel de la mazmorra y poder entrar al siguiente.
El siguiente nivel de la mazmorra fue “La espiral descendente”. En ella, había unas casillas marcadas en el mapa que sólo conoce el Overlord y donde nos podía tirar trampas. El líder de la mazmorra era Lodall’s el gigante, que cuando atacaba podía poner, si la tirada era favorable, un contador de dormido al héroe, de manera que podía ser que perdiera su siguiente turno. Este nivel no fue especialmente favorable a ninguno de los bandos, de manera que la diferencia que nos sacaba Joangm se mantuvo.  En cada nivel suele haber un cofre en el que según lo que se tire en los dados pueden salir pócimas, objetos o dinero. De momento aún no había salido ningún objeto para los héroes.
El último nivel de esta mazmorra era “El Cementerio”. Este nivel tenía unos marcadores de tumbas que permitían al Overlord invocar al principio de su turno un esqueleto en uno de ellos, sin importar la línea de visión de los héroes, siempre y cuando, su líder Adrian el Eterno estuviera vivo. Éste era un esqueleto jefe, que siempre que sus heridas se redujeran a cero podía sobrevivir si el Overlord sacrificaba un esqueleto que estuviera a menos de cinco espacios de Adrian. Este nivel, empezó bien para los héroes que rápidamente ocuparon cuatro tumbas para impedir que joangm invocara esqueletos cerca de ellos, pero eso propició que se empezaran a acumular enemigos en la zona de atrás.  Poco a poco se fueron eliminando los esqueletos y al final se consiguió acabar con Adrian, y salir victoriosos de la mazmorra. Pero el balance en cuanto a puntos de victoria fue muy negativo ya que el Overlord consiguió un total de 24 puntos, de manera que al siguiente turno, con el punto que le dan siempre al inicio de semana ya tenía suficiente experiencia para subir uno de sus tipos de monstruos al nivel de plata. Por su parte, los héroes sólo consiguieron tesoros en el ultimo cofre y no fueron demasiado buenos.
Después de esta mazmorra se ha visto que al principio, el mago no es demasiado bueno, ya que apenas hace daño o llega a la distancia necesaria para impactar. Los dos héroes más potentes fueron Tobin y Wulfgar, y Sir Valadir podía defenderse medianamente, pero sin ser un personaje definitivo. Por parte del Overlord, joangm, usa las mismas tácticas de “Rata Cobarde” que en la partida que ya habíamos comentado aquí. Pega y se esconde, pega y se esconde, pega y se esconde. Y siempre pega al mismo para poder matarlo. Que se puede esperar de un Demonio Insidioso? La campaña va a ser difícil.

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